Redacción.
El Simposio Boston Scientific celebrado en el marco del Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares el pasado mes de octubre ha tenido como tema central: ‘Cierre de orejuela como posible alternativa a la anticoagulación en los pacientes con fibrilación auricular (FA)’. La mesa ha estado moderada por los Dres. Valdés Chavarri y García Bolao. En su intervención, el Dr. Francisco Marín Ortuño, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, se ha preguntado: “Tratamiento anticoagulante, ¿es siempre efectivo?”. En su opinión, estos nuevos fármacos orales “tienen un futuro prometedor, pero deberán demostrar en la práctica clínica su verdadero potencial”.
Francisco Marín Ortuño, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario
Virgen de la Arrixaca de Murcia.
|
“La FA es la causa más frecuente de embolismo, lo que supone un aumento de la morbimortalidad. El tratamiento anticoagulante oral ha demostrado beneficio clínico con reducción de la mortalidad y los eventos embólicos. Por su parte, el tratamiento anticoagulante con antivitaminas K (AVK) tiene una serie de importantes limitaciones”, ha indicado.
Según sus conclusiones, los inconvenientes, al menos teóricos, de los nuevos tratamientos anticoagulantes están relacionados con “el paso del ensayo clínico a la vida real”, puesto que se deben tener en cuenta, entre otros, factores como “la edad de los pacientes; las comorbilidades o la polimedicación; la falta de control periódico y una posible pérdida de adherencia; la posibilidad de un incremento del riesgo de infarto de miocardio; el manejo del sangrado y la cirugía, y los problemas orgánicos de los pacientes”.
“La edad avanzada aumenta el impacto en la FA sobre el riesgo embolico. La población anciana es particularmente vulnerable al ictus en presencia de fibrilación auricular. Además, los ictus en pacientes con FA tienen una mayor mortalidad y las consecuencias son más devastadoras”, ha asegurado.
El Dr. Marín ha recordado que “el principal problema del tratamiento anticoagulante es la aparición de complicaciones hemorrágicas”. “La prescripción del tratamiento antitrombótico aumenta al incrementarse el riesgo embólico; sin embargo, el 50 por ciento de los de bajo riesgo lo reciben”, ha indicado este especialista, quien ha hecho un repaso de diversos estudios realizados al respecto. Según sus conclusiones, “las tasas publicadas de sangrado mayor que se derivan de cohortes de pacientes más jóvenes podrían infraestimar el verdadero riesgo de sangrado en la práctica diaria”. Además, otra de las complicaciones es que “el riesgo de sangrado se incrementa claramente conforme aumenta el número de criterios de exclusión para participar en un ensayo clínico sobre anticoagulación”.
|